El Camino Gallego
Camino Gallego, vereda real según el inventario de 1752, y denominado Camino de Benavente a Galicia, descrito por Madoz en 1848.
Todo él, en su recorrido, estaba plagado de ventas por cada uno de los pueblos que atravesaba. En la Sequeda, en el Monte de Riego, Bustos, Castrillo de las Piedras, Tejados, Valderrey, Matanza, Morales, Santiagomillas. El número de Ventas que poblaban el camino era numeroso. Sirva de ejemplo que en tan sólo 10 kilómetros de recorrido existieron hasta seis establecimientos de este tipo, que incluso daban posada el viajero. En Val de San Lorenzo, su mesón de grandes puertas recibía a cuantos arrieros y segadores transitaban por dicha vía.
El Camino Gallego, que en alguno de sus tramos tenía más de cuarenta metros de anchura, comenzaba en la provincia de Lugo, atravesaba las comarcas leonesas de El Bierzo, Maragatería y La Sequeda. A la altura de la Cruz de Ferro, en el Alto de Foncebadón, el Camino Gallego bajaba directamente, evitando pasar por Astorga y partiendo hacia Palacios de la Valduerna, donde se unía a la Ruta de la Plata Mérida-Astorga.
Camino muy transitado, por el que circulaban, en dirección a Madrid, las recaudaciones de impuestos estatales de Galicia, conocidos como “La Conducta”; grandes ganados vacunos, además de multitud de segadores gallegos hacia Castilla y Extremadura, desde mediados de la primavera hasta el mes de septiembre.
A finales del siglo XVIII se construye la carretera N-VI, Madrid-Coruña, y en torno al año 1868 se pone en circulación el ferrocarril del Norte, que junto con la vía férrea Astorga-Plasencia (que comenzó a funcionar entre 1890 y 1900) paralizaron el tránsito por este camino gallego.
Hoy en día, abandonado víctima de la desolación, únicamente quedan visibles algunos vestigios, como la Caja de Ánimas, diminuta Capilla del Siglo XVII (1636) situada en Val de San Lorenzo, a través de cuya rendija se depositaban las ofrendas aquellos que deseaban ser protegidos a lo largo del camino y pedían volver a salvo a sus lugares de origen. Esta Capilla de las Ánimas está situada a occidente de Val de San Lorenzo, al lado de un puente al que da nombre. Fue restaurada en 1988 por un grupo de vecinos del pueblo, que buscaban que este camino gallego, que en su día fue una importante ruta comercial, no cayera en el olvido.